frases de Maquiavelo 2
A
Maquiavelo es diplomático, filósofo y escritor italiano, conocido por
escribir el tratado de política El príncipe.
B
Nacido el 3 de mayo de 1469, en Florencia, Italia, Nicolás Machiavelo fue un diplomático durante 14 años en la República Florentina de Italia
durante
el
exilio de la familia Medici.
C
Cuando la familia Medici regresó al poder en 1512, Maquiavelo fue
despedido y brevemente encarcelado. Tras esto
escribió El Príncipe,
un manual para los políticos sobre el uso de la despiadada y
egoísta
astucia, inspirando el término “maquiavélico” y
estableciendo a Maquiavelo como el “padre
de la teoría política moderna”.
D
También escribió varios poemas y obras de teatro. Murió el 21 de junio de 1527, en Florencia, Italia.
E
El “maquiavelismo” es un término negativo utilizado para caracterizar políticos
sin
escrúpulos del
tipo que Maquiavelo describió
en El
Príncipe.
F
6. Maquiavelo describió el comportamiento inmoral, como la
deshonestidad y
la
muerte de inocentes, como algo normal y efectivo en la política. Incluso pareció respaldarlo en algunas situaciones.
Nota: Lo que aquí compartimos es aforismos que
pronuncio Maquiavelo. Estos aforismos están juntados, de las páginas de internet.
Esto nos puede ayudar como introducción, para leer la obra El Príncipe.
INTRODUCCIÓN
Lo que pronunció Maquiavelo en forma de aforismos vale, y tiene sentido
en el Siglo XXI. Masque todo para la ciencia política, mucho ha inspirado. Este
Autor es muy relevante y popular
mundialmente. Es probable la mayoría de los políticos lo conocen sobre este
Autor. Hoy investigando sobre este famoso protagonista renacentista, se ha
visto la interpretaciones limitadas e inadecuadas. Mas que todo de los consejos
de Maquiavelo hechas al Magnifico el Lorenzo II de Médici1del año 492 a
1519, tal es cierto, Maquiavelo lo dedico a él su obra El Príncipe en torno en el arte de gobernar. Han sido comprendidos
como si él hubiera inventado o fabricado desde la nada. La frase «el fin
justifica los medios» es muy claro de mala interpretación. Porque él, nunca ha
pronunciado esta frase. Por eso Maquiavelo es uno de los autores pocos que
podemos entender, solo con el “contexto y un mínimo de explicación”[1].
Él hace descripción de la política tal como es, y no como debe ser o
como le gustaría que sea. El describía lo que vía en las acciones de los
ilustres de su tiempo. En otras palabras, está diciendo: mira estos actúan de
esta manera y son exitosos. Ya decía en escritor peruano Mario Vargas Llosa: “Maquiavelo no era un cínico sino un frío
observador de la política”[2].
En este sentido Maquiavelo no era maquiavélico. Es decir que no eran las
cualidades que el aconseja su cualidad sino de los políticos de su tiempo.
Porque este Autor es un historiador muy práctico. Para mí él ha tenido un
talento muy particular de fijarse en el éxito y no en lo no valioso. Es una
Observabilidad, que diría con ojos muy abiertos, lo que está sucediendo para
escoger cual es el mejor o conveniente manera de actuar, para llegar al éxito o
para master en Principado o seguir sindo rey poderoso.
En este sentido la política de Maquiavelo es la política de los siglos
pasados. Que hoy es muy diferente, aunque usan los políticos para lograr sus
objetivos fraudulentamente es cosa de interés personal, es el lado la
corrupción y es como el gobernó fetichizado como diría Dussel: “El fetichismo
comienza por el envilecimiento subjetivo del representante singular, que tiene
el gusto, el placer, el deseo, la pulsión sádica del ejercicio omnipotente del
poder fetichizado sobre los ciudadanos disciplinados y obedientes”[3]. Hoy
en día la autoridad o el gobierno debe en la práctica y no solo en teoría ser
como un líder que está guiando, pero que no se ve. Por eso hay todavía los políticos
que aplican hoy en día, estos consejos de Maquiavelo. En este sentido es
aprovechamiento de las autoridades a la comunidad esto en primer punto. No solo
pasa porque la gente ya no es igual que antes. Están apareciendo movimientos
sociales contra estos principios maquiaveliano. O simplemente hay sindicatos
que organizan una huelga, exigiendo sus intereses. O en algunos países no es
imprescindible el Gobierno.
Así hay una decadencia del poder político,
individualista “La sociedad ya no está protegida por el Estado, o por lo menos
difícilmente confía en la protección que éste ofrece; ahora se halla expuesta a
la voracidad de fuerzas que el Estado no controla y que ya no espera ni
pretende recuperar y subyugar. Es sobre todo por este motivo por el que los
gobiernos estatales, en su esfuerzo diario por capear los temporales que
amenazan con arruinar sus programas y sus políticas, van dando tumbos ad hoc de
una campaña de gestión de crisis a otra y de un conjunto de medidas de
emergencia a otro, soñando sólo con mantenerse en el poder tras las próximas
elecciones, y es por ello por lo que carecen, por lo demás, de programas o
ambiciones con visión de futuro, por no hablar de proyectos de resolución
radical para los problemas recurrentes de la nación. «Abierto» y crecientemente
indefenso por ambos flancos, el Estado-nación pierde gran parte de su fuerza,
que ahora se evapora en el espacio global, y buena parte de su sagacidad y su
destreza política, cada vez más relegadas a la esfera de la «política de la vida»
individual, y «subsidiarizada» en hombres y mujeres individuales. Lo que aún
queda del poder y de la política del pasado en manos del Estado y de sus
órganos ha ido menguando gradualmente hasta alcanzar una dimensión que encaja
en el recinto de una gran comisaría de policía. Este Estado reducido apenas se
las puede arreglar para ser otra cosa que un Estado de la seguridad personal”[4].
LOS AFORISMOS, EXTRAÍDAS DE LA REALIDAD DE LAS
ACCIONES DE LOS POLÍTICOS
186. El que engaña encontrará
siempre
quien se deja engañar.
187. En todas las cosas humanas, cuando se examinan de cerca, se
demuestra que
no
pueden apartarse los obstáculos sin que
de ellos
surjan otros.
188. Un hombre prudente debe discurrir siempre por las vías trazadas por
los grandes hombres e imitar a aquellos que han sobresalido extraordinariamente por
encima de
los demás, con el fin de
que,
aunque no se alcance su virtud, algo nos quede, sin embargo, de su
aroma.
189. No hay nada más difícil de llevar a cabo, más peligroso de conducir o
más
incierto en su éxito que llevar
la iniciativa
en la introducción de
un
nuevo orden de cosas.
190. No hay guerra que evitar; solo puede ser pospuesta en la ventaja de
otros.
191. La tardanza nos roba a menuda la oportunidad y roba nuestras fuerzas.
192. La experiencia siempre ha demostrado que jamás suceden bien las
cosas cuando dependen de muchos.
193. La historia es la ciencia de
los
hombres, de los hombres en el tiempo.
194. Las minorías no tienen sitio cuando la mayoría
tiene donde
apoyarse.
195. Guerra justa es aquella que es necesaria.
196. Un príncipe que tenga una ciudad fuerte y que no sea odiado por su pueblo no puede
ser atacado.
197. Hay tres clases de cerebros: el primero discierne por sí, el segundo
entiende lo que los otros disciernen y el tercero no entiende ni discierne lo que los otros disciernen. El primero es excelente, el segundo bueno y el tercero inútil.
198. La sabiduría consiste
en saber distinguir la
naturaleza
del problema y
en elegir el mal menor.
199. Cuando veáis al servidor pensar más en sus propios intereses que en los vuestros, y que interiormente busca sus propios beneficios en todas las cosas, ese hombre nunca será un buen sirviente, ni jamás podréis
confiar
en él.
200. Si una lesión tiene
que ser hecha a un hombre, debería ser tan severa
que
su
venganza
no
necesite ser temida.
201. Es un mal ejemplo no observar una ley, sobre todo por parte del que
la ha
hecho.
202. Las leyes no deben mirar hacia cosa ya pasada, sino proveer para las futuras.
203. Los odios de los hombres generalmente nacen del temor o de la envidia.
204. El hombre sabio hace a la
primera lo que el necio hace a la última.
205. No es preciso que un príncipe posea todas las virtudes citadas, pero es indispensable que aparente poseerlas.
206. Debe estimarse muy poco vivir
en una ciudad donde las leyes pueden menos que
los hombres.
207. No hay que
atacar al poder si no tienes la seguridad de destruírlo.
208. Castigar a uno o dos transgresores para que sirva de ejemplo es más benévolo que ser demasiado compasivo.
209. Porque así como aquellos que dibujan se colocan abajo, en el llano,
para
considerar la naturaleza de los montes y
de los lugares elevados
y,
para considerar la de
los bajos, se colocan en lo alto,
sobre los
montes, igualmente para
conocer bien la naturaleza de
los pueblos, es
necesario ser príncipe, y
para
conocer bien la de los príncipes, es
necesario ser del pueblo.
210. Los ejércitos mercenarios y los auxiliares son
inútiles y peligrosos.
211. Cuando uno ha sido buen amigo, encuentra buenas amistades aun a
pesar
suyo.
212. Hay tres modos de conservar un Estado que, antes de ser adquirido, estaba acostumbrado a regirse por sus propias leyes y
a vivir en libertad:
primero, destruirlo., después, radicarse en él; por último,
dejarlo regir por sus leyes, obligarlo a pagar un tributo y establecer un
gobierno compuesto por un corto número de personas, para que se encargue de
velar por la
conquista.
213. Creo que el verdadero modo de conocer el camino al paraíso es conocer
el que lleva al infierno, para
poder evitarlo.
214. Yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me
escapa alguna verdad de vez en
cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla.
215. Es central
saber
disfrazar bien
las cosas
y
ser maestro en el
fingimiento.
216. La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes
en la
prosperidad y abyectos y humildes en la
adversidad.
217. Una ley no debe nunca
conculcar la
fe empeñada en los pactos
públicos.
218. Un hijo puede soportar con ecuanimidad la pérdida
de
su padre, pero la
pérdida de su herencia puede llevarlo a la
desesperación.
219. Ninguna empresa tiene más probabilidades de triunfar que
una
oculta
del
enemigo hasta que esté madura para ser
ejecutada.
220. De la
humanidad
podemos decir en general que son volubles, hipócritas y codiciosos de ganancia.
221. l león no puede
protegerse de
las trampas, y el zorro no puede defenderse de los lobos. Por lo tanto, uno debe
ser
un zorro para reconocer trampas, y un león para asustar
a los lobos.
222. La naturaleza que nos enmarcó de cuatro elementos, combatiendo en
nuestros
senos para el regimiento, nos enseña a todos a tener mentes aspirantes.
223. Antes de todo lo demás, ármate.
224. La guerra debe ser el único estudio de un príncipe. Debe considerar la paz sólo como un tiempo de respiración, que le da tiempo para inventar, y
proporciona
la capacidad de
ejecutar planes militares.
225. Un retorno a los primeros principios en una república a veces es causado por las simples virtudes de un hombre. Su buen ejemplo tiene
tal
influencia que
los hombres buenos se esfuerzan por imitarlo, y los
impíos se avergüenzan de llevar
una
vida tan contraria a su ejemplo.
226. El primer método para estimar la inteligencia de un gobernante es mirar a los hombres que tiene alrededor de él.
227. Es mucho más seguro ser temido que amado porque el amor es preservado por el vínculo de obligación que, debido a la bajeza de los hombres, se rompe en cada oportunidad para su ventaja; pero el miedo te
preserva por un temor
de castigo que nunca falla.
228. Las personas deben ser acariciadas o aplastadas.
Si les haces un daño
menor obtendrás su venganza; pero si los lisias no hay
nada que
puedan hacer.
229. Todos los cursos de acción son riesgosos, por lo que la prudencia no consiste en evitar el peligro (es imposible), sino en calcular el riesgo y actuar de manera decisiva. Cometer errores de ambición y no errores de pereza. Desarrollar la fuerza para hacer cosas audaces, no la fuerza
para
sufrir.
230. La forma en que vivimos es tan diferente
de cómo debemos vivir que
el que estudia lo que debe hacerse en lugar de lo que se hace, aprenderá
el camino hacia
su
caída más que a
su
preservación.
231. Y aquí viene la pregunta de si es mejor ser amado en lugar de temido,
o temido en lugar de amado. Podría quizá responderse que deberíamos
desear ser ambos; pero puesto que el amor y el miedo apenas pueden existir
juntos,
si
debemos elegir entre
ellos, es mucho más seguro ser
temido que
amado.
232. Hay que recordar que no hay nada más difícil de planificar, más dudoso de éxito, ni más peligroso para gestionar que un nuevo sistema.
Porque el iniciador tiene la enemistad de todos los que se beneficiarían de la preservación de la vieja institución y
defensores meramente tibios en
aquellos que ganan algo del nuevo.
233. El hombre prudente siempre debe seguir el camino pisado por los
grandes hombres e imitar a los más excelentes, de modo que si
no alcanza su grandeza, al menos recibirá algo de
ella.
234. Es necesario para aquel quien establece un estado y organiza leyes, que presuponga que todos los hombres son malos y que siempre van
a actuar de acuerdo con la maldad de sus espíritus cada vez que tienen libre
el
camino.
235. Todo hombre que intente ser bueno todo el tiempo está destinado a venirse a la ruina entre el gran número que no son buenos. De ahí que
un
príncipe que quiera conservar su autoridad debe aprender a
no
ser bueno, y usar ese conocimiento, o abstenerse de usarlo, como la necesidad lo requiera.
236. Cuando llega la noche, vuelvo a casa y entro en mi estudio. En el
umbral me despojo de mis ropas sucias, sudorosas, de día de trabajo, me pongo las túnicas de la corte y
del
palacio, y
en este vestido más
grave entro en las antiguas cortes de los antiguos y
soy recibido por ellos, y allí pruebo la comida que solo es mía, y para la cual nací. Y
allí me atrevo a hablarles y preguntarles los motivos de sus acciones,
y ellos, en su
humanidad, me responden. Y
por
el espacio de cuatro horas me olvido del mundo, no recuerdo ninguna vejación, no temo
más la pobreza, no tiemblo más ante la muerte: yo paso efectivamente
a su mundo.
237. “El que es elegido príncipe con el favor popular debe conservar al pueblo como amigo.”
238. “El ministro debe morir más rico de buena fama y de benevolencia
que de bienes.”
239. “Las viejas ofensas no se borran con beneficios nuevos, tanto menos cuanto el beneficio es inferior a la
injuria.”
240. “El único medio seguro de dominar una
ciudad acostumbrada a vivir libre
es
destruirla.”
241. “Debe estimarse en muy poco vivir en una ciudad donde las leyes
pueden menos que los hombres.”
242. “Los pueblos son ricos cuando viven como pobres, y cuando nadie se
preocupa de lo que
le falta, sino de lo que tiene
necesidad.”
243. “Los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que
la pérdida de su patrimonio.”
244. “Dios no quiere hacerlo todo, para no quitaros el libre albedrío y aquella parte de la gloria
que
os
corresponde.”
245. “Jamás persona
alguna
de humilde estado ha ganado gran poder
sólo
por medio de la
fuerza, pero sí sólo con la astucia.”
246. “No hay que atacar al poder si no tienes la seguridad de destruírlo.”
247. “Cuando se hace daño a otro es menester hacérselo de tal manera que le
sea imposible vengarse.”
248. “Solamente
es duradero un dominio que sea voluntario.”
249. Vale más hacer y arrepentirse, que
no
hacer y arrepentirse.
250. Los hombres olvidan más fácilmente la muerte de su padre que la
pérdida de su patrimonio.
251. El Príncipe debe hacer uso del hombre y de la bestia: astuto como un
zorro para evadir las trampas y fuerte como león para espantar a los lobos.
252. Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen.
253. Las armas se deben reservar para el último lugar, donde y
cuando los otros medios no basten.
254. La experiencia siempre ha demostrado que jamás suceden bien las cosas cuando dependen de
muchos.
255. Todos ven lo que tú aparentas; pocos advierten lo que
eres.
256. La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes
en la
prosperidad y abyectos y humildes en la
adversidad.
257. A los hombres hay que acariciarlos o destruirlos, pues vengarán un
insulto leve, pero quedarán indefensos si se les aplica
un
golpe duro.
258. Es un mal ejemplo no observar una ley, sobre todo por parte del que
la ha
hecho.
259. Los ejércitos mercenarios y los auxiliares son
inútiles y peligrosos.
260. La habilidad y la constancia
son las armas de la
debilidad.
261. Divide para reinar.
262. Los hombres son tan simples, y se someten hasta tal punto a las
necesidades
presentes, que quien engaña encontrará
siempre quien se deje engañar.
263. Todos los Estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes
han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al
pueblo al descontento.
264. Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos.
265. Un príncipe. . . Jamás predica otra cosa que concordia y buena fe; y es
enemigo acérrimo de ambas, ya que, si las hubiese observado, habría perdido más de
una
vez la fama y las tierras.
266. Vale más hacer y arrepentirse, que
no
hacer y arrepentirse.
267. La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes
en la
prosperidad y abyectos y humildes en la
adversidad.
268. Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen.
269. Los hombres olvidan más fácilmente la muerte de su padre que la
pérdida de su patrimonio.
270. Las armas se deben reservar para el último lugar, donde y
cuando los otros medios no basten.
271. En todas
las cosas
humanas,
cuando se
examinan
de cerca,
se
demuestra que no pueden apartarse los obstáculos sin que de ellos
surjan otros.
272. El que es elegido príncipe con el favor popular debe conservar al pueblo como amigo.
273. No puede
haber
grandes
dificultades
cuando
abunda
la buena voluntad.
274. El que quiere ser tirano y no mata a Bruto y el que quiere establecer
un
Estado libre y no mata a los hijos de Bruto, sólo por breve tiempo
conservará su obra.
275.
276. ...si bien el principado se consigue con ciertas dificultades, se conserva
con
facilidad...
277. El buen ciudadano debe amar a todos, dar lo bueno y tener compasión
de los malvados
278. ...los que llegan a ser príncipe por la fortuna, les resulta fácil ascender,
pero muy difícil mantenerse en el poder...
279. Castigar a uno o dos transgresores para que sirva de ejemplo es más benévolo que ser demasiado compasivo.
280. Las viejas ofensas no se borran con beneficios nuevos, tanto menos
cuanto el beneficio es inferior a la
injuria
281.…
282. no permanecer inactivo nunca
en los tiempos de paz
283. En cuanto al ejercicio de la mente, el príncipe debe estudiar la Historia,
examinar las
acciones de los hombres
ilustres, ver
cómo se han conducido en la guerra, analizar el por qué
de sus victorias y derrotas
para
evitar éstas y
tratar de lograr aquéllas; y sobre todo hacer lo que han hecho en el pasado algunos hombres egregios que, tomando a los
otros por modelos, tenían siempre presentes sus hechos más
celebrados.
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